De la fabricación a la consultoría
07.08.2024
Mi entrada en el mundo de la consultoría no se produjo hasta unos once años después de haber terminado mi carrera profesional. Después de terminar mis estudios, dediqué mi labor profesional al ámbito de la producción, con cuyo entorno llegué a sentirme muy familiarizado. Como es natural, cuando decidí cambiar mi rumbo profesional, me sentí a la vez emocionado y nervioso por dar un paso tan grande: ¿sería capaz de prosperar en un nuevo sector? Mi decisión de convertirme en consultor de Miebach tras haber trabajado únicamente para un fabricante supuso un cambio importante para mí, pero sentí que era necesario.
Durante mi primer día, que coincidió con la inauguración de la nueva oficina de Miebach en Frankfurt, recibí una calurosa bienvenida. Todo el mundo sabía que me incorporaba aquel día, e incluso el Director General se tomó la molestia de presentarse personalmente a pesar del ajetreo del momento. Esa cálida bienvenida de mis compañeros me ayudó enormemente en mi transición a Miebach. Después de sólo unos meses, me sentía como si siempre hubiera sido parte del equipo, y estoy seguro de que unirme a Miebach ha sido una gran decisión.
Retos y sorpresas positivas
Una de mis preocupaciones iniciales era cuánto tardaría en adaptarme a ser consultor. En mi puesto anterior, trabajaba en proyectos desde la planificación hasta la ejecución, pero pasé incontables horas con ingenieros y me di cuenta de la importancia de comprender los sistemas, desde el control del flujo de materiales hasta la planificación de los recursos empresariales. Mis quince años de experiencia en simulación también me han permitido compartir algunos trucos útiles con mis colegas de Miebach. Para mi sorpresa, mis preocupaciones eran injustificadas: en sólo una semana encontré mi sitio. Aunque algunos procesos internos eran nuevos para mí, no necesité una formación exhaustiva para empezar. Mi primer proyecto llegó poco después y, a partir de ese momento, todo encajó.
Al comparar mi día a día en una empresa productora con el trabajo en Miebach, puedo decir con certeza que me alegro de haberme arriesgado y haber cambiado de “profesión”. La jornada laboral aquí es mucho más flexible, en Miebach tengo más control sobre mi horario, siempre que se ajuste a los plazos del proyecto, mientras que mi anterior puesto seguía una estructura de oficina típica, con horarios fijos. Aquí nos centramos más en la calidad del trabajo que en vigilar el reloj, lo que me parece muy liberador.
La consultoría a menudo va asociada a ciertos estereotipos, pero Miebach los desafía con su cultura progresista. Me sorprendió especialmente lo joven y moderno que es Miebach como lugar de trabajo. La variedad de sectores a los que Miebach presta sus servicios también supuso un cambio para mí. Antes me dedicaba sobre todo a la moda y al retail, pero pronto me encontré trabajando en proyectos de producción y otros sectores. Cada proyecto traía nuevos términos y definiciones que aprender, pero después de dos años y medio, he adquirido experiencia en casi todos los sectores industriales.
Dada la distancia que me separa de la oficina, ahora teletrabajo más a menudo, pero mantengo fuertes vínculos con compañeros de toda Alemania, aunque solo nos veamos unas pocas veces al año. La amabilidad que recibí desde mi primer día me facilitó la integración en el equipo, y me sentí a gusto rápidamente, una sensación que sigo teniendo a día de hoy. Si hay algo que aprendí es que el cambio puede ser abrumador, pero es la clave del crecimiento, y daría el salto para volver a ser consultor en Miebach sin dudarlo.
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