Miebach Consulting
Contacto

Un día en la vida de un consultor


07.08.2024

El panorama siempre cambiante de nuestro trabajo

Tratar de definir un día típico en la vida de un consultor es un poco como tratar de captar la esencia de un día en la vida de un médico, por ejemplo: es una tarea difícil que el paisaje de nuestro trabajo es extremadamente variado. Ningún paciente es igual, como tampoco lo son nuestros proyectos, nuestros clientes y, en la mayoría de los casos, nuestros días de trabajo.  

 

Mientras que el médico no suele saber lo que le espera hasta que entra en la habitación, los consultores sí solemos tener una idea aproximada de lo que nos espera. Sin embargo, cada día se las arregla para presentarnos algún problema o dificultad añadida. También hay días en los que entras en un proyecto nuevo, te encuentras con caras nuevas y ves operaciones y retos totalmente nuevos. Se aprende constantemente y se comparten las ideas extraídas de experiencias pasadas. A veces, es tan sencillo como poner una tirita, como lanzar una nueva herramienta para la cadena de suministro. Otras veces, es más como llevar a cabo una auditoría operativa en profundidad o navegar por las complejidades de la integración de un nuevo sistema.

Un día “típico” en consultoría

Seamos realistas: ¡no existe un día “típico” en consultoría!

 

Hay días en los que maldices a tu despertador por sonar a las 5 de la mañana para emprender un viaje a las instalaciones de un cliente. Hay días en los que no puedes esperar a salir de la cama porque te diriges a una formación de Miebach para reunirte y reconectar con tus colegas de todo el mundo.

 

Hay momentos angustiosos, como una presentación ante el Comité de Dirección, en los que el destino del proyecto pende de un hilo. Pero también hay días en los que te sumerges en el almacén de un cliente para conocer a fondo sus operaciones comerciales. En medio del caos, también hay días que se pasan en nuestra moderna oficina de espacio abierto, equipada con todo lo necesario para colaborar, comunicarse e interactuar con los compañeros, tanto los que están físicamente en la oficina como los que están en casa, en otras oficinas o incluso en otros países. Esos días en la oficina pueden ser los más predecibles en la vida de un consultor, salvo que nunca sabes con quién te puedes encontrar y dónde acabarás después del trabajo. 

La verdad

Volviendo a la comparación con el médico y a la verdad:

 

No todos los días se salva una vida (o se enciende la luz de una nueva instalación con un nuevo sistema informático). Hay días en los que nos encontramos lidiando con tareas mundanas, como juguetear con herramientas o compilar especificaciones de requisitos aparentemente anodinas. Todo esto forma parte del viaje del consultor que aunque no siempre es un camino de rosas, nunca está exento de un lado bueno.

 

Al fin y al cabo, ¿quién sabe lo que nos espera al salir de la oficina o lo que nos espera mañana? Precisamente ahí reside la belleza y la emoción de la vida como consultor.

Autora

DEU Schuehle Christina

Alemania


Christina Schühle

Senior Principal


+49 69 273992-0
schuehlec@miebach.com